11 mayo 2006

Wi-Fi de largo aliento

En Semana Santa, un grupo de investigadores de la Universidad de los Andes, de la Escuela Latinoamericana de Redes y del Centro Nacional de Física Teórica de Italia batió lo que hasta entonces se conocía como la distancia máxima alcanzada en el mundo con una transmisión de datos utilizando la tecnología Wi-Fi. Lograron 279 kilómetros de punto a punto.

El objetivo era probar los límites de esta tecnología (802.11) intentando un enlace a mayor distancia que los realizados hasta este momento en otras partes del mundo. El éxito de este proyecto contribuye a demostrar que las redes Wi-Fi todavía tienen mucho que dar, y siguen constituyendo una tecnología que puede ser muy útil como solución de acceso, tanto en zonas urbanas como rurales, dicen los responsables del proyecto, Ermanno Pietrosemoli, Carlo Fonda y Javier Treviño, en su informe final. La distancia alcanzada fue de 279 kilómetros de punto a punto, entre el pico El Aguila, en Mérida, y la población de El Baúl, en Cojedes (Venezuela).

“Creemos que éste es el enlace a mayor distancia que se ha logrado con esta tecnología”, asegura Pietrosemoli. En los Estados Unidos el año pasado se logró un enlace a 201 kilómetros. La agencia espacial sueca logró un enlace a 300 kilómetros, pero usando amplificadores apuntando hacia un globo.

Para realizar el enlace, en el pico El Aguila se instalaron una antena satelital, una laptop, un router de Linksys con software Linux, que funcionaron como punto de acceso. En El Baúl, lo mismo, pero operando como cliente.

Durante la comunicación, se transmitieron varios archivos con tamaños entre 233 Kb y 653 Kb. “Los resultados del medidor NetPerSec indicaron tasas de transferencia promedio de 58,9 kbps con un máximo de 448 kbps. Los tiempos de ping mínimo fueron de 4 milisegundos. Los valores de velocidad de transferencia reportados por el programa FTP son notablemente inferiores, pero es conocido que esta medida no es muy confiable”, explicó Ermanno Pietrosemoli, principal emprendedor.

“No teníamos el software necesario para transmitir en la otra dirección y no logramos transmitir directamente desde los enrutadores Linksys. Es decir, la transferencia fue desde la laptop en El Baúl al Linksys en El Baúl, y desde el Linksys en El Aguila a la laptop en El Aguila. O sea, que hay que tomar también en cuenta esos dos pasos adicionales”, explicó el Pietrosemoli.

“Yo estimaba en un 50% las probabilidades de éxito de este primer intento. Las antenas tienen un ancho de haz de unos 3 grados, por lo que la alineación es crucial. Ésta la hicimos con brújulas de precisión, y funcionó de maravilla. Cuando hicimos la primera prueba con un generador de señales en El Aguila y un analizador de espectros en El Baúl, inmediatamente detectamos el tono. Sólo hubo que hacer correcciones mínimas de alineación en ambos extremos para maximizar la señal recibida. Por el tamaño de las antenas, estábamos constreñidos a sitios donde se pudiera llegar con vehículo, y el cerro en El Baúl sólo tiene unos 70 metros de altura sobre el terreno circundante”, agregó.

Sobre la homologación, Ermanno Pietrosemoli, declaró: “Nos han dicho que tenemos que hacer una solicitud a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y cumplir una serie de requisitos, legales y técnicos. Estamos trabajando en eso”.

 

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