27 julio 2008

Un nuevo dispositivo lee la mente a través de una gorra

El sistema, portátil e inalámbrico, registra la actividad electroencafalográfica alertando de anomalías


Ingenieros chinos y norteamericanos han desarrollado un lector de electroencefalograma portátil e inalámbrico que ha sido implementado en una gorra. El dispositivo monitoriza las señales EEG y las envía inalámbricamente a un procesador, que las analiza en tiempo real y emite una respuesta apropiada según la actividad mental reflejada en las mismas. El sistema podría tener importantes y útiles aplicaciones en múltiples ámbitos, especialmente con su implementación para su uso doméstico y cotidiano por personas discapacitadas.


Por César Gutiérrez. Tendencias21.Net


Un dispositivo capaz de leer, procesar y convertir en información relevante señales cerebrales, basándose en el registro electroencefalográfico (EEG), tiene como principal novedad su fácil portabilidad. Así, para mejor demostrar sus potenciales aplicaciones en situaciones cotidianas, ha sido implementado en una gorra de béisbol, el cerebro de cuyo portador queda conectado inalámbricamente al receptor de datos sin más incomodidades que media docena de electrodos añadidos a la misma.


Cinco de estos electrodos se adhieren a la frente del usuario, y el sexto queda situado detrás de su oreja izquierda. A diferencia de lo que sucede con las técnicas habituales de EEG, estos electródos no necesitan ningún gel que intermedie su contacto con el cuero cabelludo, según informa physorg.com.


Lectura bioeléctrica


Las aplicaciones de este sistema serán muchas, y de momento ha sido utilizado por Li-Wei Ko (de la National Chiao-Tung Unviersity, Taiwan) y otros investigadores de la Universidad de California (San Diego) para analizar el EEG de diversos individuos durante el desarrollo de un estudio en el que han medido el grado de somnolencia y la capacidad de respuesta de los mismos ante diversas pruebas de conducción.


Las pruebas de conducción se realizaron en una plataforma de realidad virtual que, basándose principalmente en técnicas hidráulicas y pantallas tridimensionales, imprimía en los sujetos la sensación extremadamente realista de que el automóvil que estaban "conduciendo" se desviaba por momentos del centro de la calzada, acercándose peligrosamente al borde de la misma.


Por un lado, se medían los tiempos de respuesta de los sujetos ante esas contingencias en la plataforma de realidad virtual, calculándose a partir de dichos tiempos el grado de somnolencia que sufrían; y, por otro, se analizaba la información enviada por las gorras de béisbol que llevaban puestas, es decir, se interpretaba dicho grado de somnolencia a partir de la actividad cerebral de los sujetos, reflejada en sus EEG. El grado de correlación de unos y otros datos ascendió al 75%.


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