27 julio 2008

Tomar decisiones debilita al cerebro


La función ejecutiva queda exhausta tras la toma de decisiones difíciles

La función ejecutiva es un recurso limitado que cansa, fatiga y agota al cerebro, del mismo modo en que el músculo de un brazo se cansa y fatiga al levantar un peso. El proceso de toma de decisiones incluye entre otras cosas la consideración de las diferentes opciones, el sacrificio de las ventajas de una de ellas a cambio de lo que nos ofrece la otra, la transición desde un estado mental evaluativo a otro decisorio; y son estas actividades mentales las que requieren el esfuerzo que termina por fatigar a la función ejecutiva.

Por César Gutiérrez. Tendencias21.Net

Panorámica de la decisión. Ilog.


La llamada función ejecutiva es en realidad un conjunto de subfunciones cognitivas que incluye habilidades como la concentración a la hora de realizar una determinada tarea, la toma de decisiones, la memoria a corto plazo y el control inhibitorio. Se trata pues de una función subyacente y reguladora de muchas otras diversas actividades mentales, y juega un importantísimo papel en la capacidad de raciocinio, hata el punto de que es necesario tenerla en cuenta para cualquier intento de valoración o medición de la inteligencia, como demostraba una investigación publicada en 2007 en la revista Child Development.

Los mencionados procesos implican un esfuerzo -el trabajo de mantener la mente alerta en el caso de la concentración, para no distraernos del objeto que hemos de enfocar, o el necesario para no ceder a las tentaciones de la peor opción, en el caso de la toma de decisiones-, y dicho esfuerzo supone a su vez un cansancio y un agotamiento de la función ejecutiva, del mismo modo que levantar un peso cansa y agota los músculos de los brazos.

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